Música coprofágica

Pono, el reproductor de música con calidad HD
Pono, el reproductor de música con calidad HD

El mercado musical está de capa caída o al menos eso es lo que dicen. Da la sensación de que siempre es la piratería la que hace que las cifras de ventas se encuentren en nuestro país por los suelos. No estoy de acuerdo con esta opinión o al menos, no al cien por cien. “Difama que algo quedará” se suele decir, y la industria musical, entre las que también se incluyen artistas que antaño vendían discos como rosquillas pero que hoy no tienen nada que ofrecer y aportar, suelen aparecer cada cierto tiempo para denunciar cómo las descargas ilegales están haciendo que casi se conviertan en indigentes. Lo que no se puede pretender es seguir viviendo de “los litros de alcohol” o de los “cadillacs solitarios” y culpar a esas descargas de su difícil situación económica.

En primer lugar hay que partir de un hecho: España es un país con una cultura musical nula entre otras cosas porque si hablamos de educación, la música, al contrario de lo que ocurre en otros países, siempre se ha considerado una asignatura “maría”. Así que el oído de los españoles no se encuentra convenientemente educado y a lo máximo que llegamos es a escuchar la morralla enlatada de los 40 Principales. De esta forma, si tenemos la misma educación musical que un cavernícola y seguimos considerando a la música como algo sin importancia, es normal que no se valore y se aprecie, y por tanto, las descargas, ilegales o no, de música bazofia están a la orden del día. No sólo eso, sino que a la hora de abordar nuevos planes educativos la eliminamos de la misma forma que quitamos plástica o nos cargamos la filosofía. Lo grave es que, gracias al “populismo 100%”, la gran mayoría de la sociedad se muestra de acuerdo porque a cambio a los chavales los vamos a saturar con horas de matemáticas, creyendo que así, los enanos van a ser Albert Einstein.

Así que si no hay cultura musical, difícil será que se valore el trabajo de cualquier músico. Pero hay más factores: otro es el precio. No es normal lo que hay que pagar en España por cualquier disco, cuando si uno se va a cualquier país de nuestro entorno puede pagar por el mismo CD o vinilo hasta un 60% menos. No hace falta, sin embargo, viajar. Basta con buscar un disco cualquiera en la tienda de Amazon en EE.UU. y buscarlo en el portal español. La diferencia de precio es considerable. Así que otro punto más para que el personal se descargue música de forma “ilegal”.

Y luego se encuentra el tema de la calidad. Como ocurre con la mayoría de productos de consumo, queremos todo y lo queremos por la cara. Exigimos que nos den las cosas gratis y si nos cuestan unos pocos céntimos, ya no lo queremos pagar. Y si no pagas, lo que te llevas es “purita mierda”. Así que vivimos en un mundo en el que la coprofagia nos encanta. A fin de cuentas es gratuita y es esto último lo que aporta más valor.

El problema de esto es que los que nos ofrecen los productos tampoco se esfuerzan en darnos calidad, básicamente porque preferimos el chopped al jamón ibérico y entonces, cuando realmente quieres pagar por algo, muchas veces no lo encuentras. En el mundo de la música sucede. Y nos encontramos sonidos con una calidad de ínfima porque de lo que se trata es de que llevemos en los smartphones o en el reproductor MP3 la obra completa de Beethoven o la discografía completa de los Stones, aunque la mayoría de los que las han descargado no lo vayan a escuchar en su vida. Las canciones se comprimen hasta el infinito y más allá y se pierden detalles importantes de cualquier melodía. ¿Sabías que un vinilo tiene menos compresión que un CD y mucha menos que un MP3? Si todavía eres de esos que tiene un tocadiscos prueba a escuchar un tema y luego compara con el sonido del MP3. La diferencia es notable.

Harto de que nos invada la morralla en forma de sonido, el compositor Neil Young ha decidido crear un sistema en el que prime la calidad. Se llama Pono y promete ofrecer sonido en alta fidelidad tal y como se graba en un estudio. ¿Tiene posibilidades de éxito? En mi opinión, ninguna. O al menos no la tiene si lo que se pretende es que la mayoría de la gente se compre un aparato que cuesta 400 dólares y que la descarga de cada disco se sitúe entre los 15 y los 25 dólares. No, Neil, a la gente le gusta la bazofia, así que ni el reproductor ni el servicio van a tener éxito. Otra cosa es que el planteamiento sea el de llegar únicamente a un público exclusivo. En este caso puede que consiga su objetivo, pero el precio de cada disco, por muy HD que sea, debería bajar unos cuantos dólares y situarse en el mismo rango de precio que un CD o un vinilo.

Porque Neil Youg sí ha dado con una clave. Algunos todavía pagamos por la música y seguimos comprando soporte físicos y pagamos servicios Premium para escuchar música en streaming. Y es en este último punto donde se verá si la aventura emprendida por Young tiene éxito: si Pono es capaz de ofrecer un servicio de alta calidad en streaming, entonces muchos cambiaremos Spotify por Pono.

La música de hoy, como no podía ser de otra forma, la pone Neil Young y uno de sus temas más conocidos: Mansion on the Hill

 

Zuckerberg se acojona

Mark Zuckerberg.
Mark Zuckerberg.

Una pasta gansa es lo que acaba de soltar uno de los creadores de Facebook, Mark Zuckerberg, en comprar Whatsapp. El montante total puede ascender hasta alcanzar los casi 19.000 millones de dólares. Cuando un patio de porteras como es Facebook desembolsa semejante cantidad de ceros por, recordémoslo, una simple aplicación, quiere decir dos cosas: O nos encontramos ante un temerario o ante un tipo que está acojonado. Me inclino por esta segunda opción.

Zuckerberg es un personaje que no es un gurú, ni un visionario, por mucho que algunos pretendan hacernos creer lo contrario. Le falta mucha categoría para llegar al nivel de Steve Jobs o de Bill Gates, por poner sólo algunos ejemplos. Más bien parece un niño caprichoso que, sí, ha tenido mucho éxito con una idea que no fue exclusivamente suya, y que en los últimos años parece estar en declive.

Porque Facebook sólo es un juguete. Y de los juguetes, al final, te acabas cansando. No es más que un entretenimiento barato que ha perdido su principal valor: la novedad. Una novedad que se inició en una era que ya ha muerto, la del PC, y que permitía conocer qué era de  aquel exnovio que tuviste en tu adolescencia, qué fue de esa amiga íntima de la infancia o en qué ha acabado la vida del niño repollo con el que tenías que compartir pupitre.

El mundo tecnológico siempre ha sido cambiante, pero en los últimos años, esos cambios se producen de una forma cada vez más rápida y acelerada y la realidad es que ahora todo pasa por el mundo móvil y lo que queremos es información breve, concisa y al instante. Y en eso Facebook no es ágil, porque la gente ha pasado de compartir sus cosas allí a hacerlo en los grupos de Whatsapp y porque prefiere lanzar emojis en lugar de darle al “me gusta”.

Por eso, y como han puesto de manifiesto numerosos estudios, empieza a no interesar. Sobre todo a las nuevas generaciones de jóvenes. Porque al final, acabas cansado de los gustos de ese amigo tuyo que nunca lo fue y que se encuentran en las antípodas de los tuyos y porque estás hasta las narices de las cosas que comparte la maruja de tu vecina. Y al final, poco a poco, vas abandonando al niñato de Zuckerberg.

Es aquí donde al pseudo gurú le entra el pánico (y se acojona). Y como no quiere que esa tremenda base de datos que maneja a su antojo se le reduzca, hace como algunos de los usuarios de twitter: comprar seguidores. Y comprarlos al precio que sea: Primero fue Instagram y ahora lo hace con Whatsapp, una empresa con más de 400 millones de usuarios en todo el mundo que pasamos a engrosar las bases de datos del niñato de White Plains.

Conviene recordar algunas claves del éxito de Whatsapp: Sus creadores se han cansado de repetir que no venden publicidad (y por eso cobran ese simbólico euro por poder utilizar la app) y que no quieren convertirse en una red social. ¿Qué sucederá a partir de ahora? Pues, en mi caso, que no estoy ni voy a estar en Facebook, voy a empezar a probar otros servicios de mensajería como Telegram que de momento ya me acabo de instalar. Cuando la mayoría de mis colegas y familiares (salvo aquellos que tienen un iphone de primera generación y no quieren cambiarlo a pesar de que no se puedan instalar determinadas apps) se encuentren allí o en cualquier otro como Line, mi relación con Whatsapp habrá finalizado. Porque si sigo haciéndolo, lo más probable es que Zuckerberg me acabe por vender todo tipo de publicidad o lo que es peor, decida en un momento dado, que yo, como usuario de Whatsapp, tenga que aceptar un acuerdo de utilización similar al que hay en Facebook: “nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Whatsapp o en conexión con Whatsapp (en adelante, «licencia de PI»)”.  Porque Zuckerberg, poco a poco, se está convirtiendo en Sauron y sólo le falta añadir aquello de «una red para gobernarlos a todos». Pues lo siento: no me da la gana.

Ahora bien. Me va a gustar ver la reacción de todos aquellos que se quejaban de que tenían que pagar ¡un euro al año! cuando el amigo Zuckerberg les empiece a lanzar mensajes personalizados y publicitarios a través del Whatsapp. Claro que si ese euro lo deja de cobrar, estoy seguro de que al personal le va a dar igual compartir tu intimidad con el maldito Zuckerberg.

El vídeo musical de hoy corre a cargo de Kasabian, una banda indie británica aparecida en la pasada década que bebe de la influencia de grupos del denominado sonido Manchester como The Stone Roses.

Ya vienen los Reyes

Se acaban las celebraciones navideñas pero queda la que posiblemente sea la mejor fiesta de todas, sobre todo para aquellos más pequeños: los Reyes Magos. Si eres es de aquellos retrasados que ha dejado la compra de los regalos para ese sobrino o esa hija posiblemente se encuentre ante el dilema de que muchas de las cosas que han pedido en la carta ya se han agotado y ni siquiera Amazon puede resolver ese déficit. Así que, con toda seguridad te encuentres ante un auténtico dilema sobre lo que deberías comprar. No te preocupes, Internet está lleno de artilugios variopintos con los que podrás satisfacer la inquietud infantil. Muchos de ellos son auténticas aberraciones, por lo que a lo mejor es preferible que guardes ese presente para el cumpleaños de ese niño repelente amigo de tu hijo o esa niña repipi y cursi que no soportas. Es una forma de venganza y gracias a ese regalo lo mismo no vuelves a tener que ir a esa fiesta de cumpleaños ni aguantar las gracias de su padre chisposo. Tanto si arriesgas como si lo guardas para ese niño melón, ahí van algunas de las principales aberraciones para regalar a los más pequeños.

Obama Action Man1.- El Obama Action Man: En mi época se llamaban Madel Man o Geyper Man. A ninguno de los fabricantes de este tipo de muñeco articulado se le hubiera ocurrido en su momento realizar el Reagan Madel Man o el Felipe González Geyper Man. Pero he aquí que Obama tiene hasta su propio Action Man, trajeado y bien musculado. Viene acompañado todo tipo de accesorios, desde fuscos de lo más modernos, pasando por espadas samurái, hasta un juego completo de corbatas. Por supuesto viene incorpora una pedazo bandera yanqui que acompaña al presidente. Como el presidente de Corea del Norte Kim Jong-Un debe tener su imagen registrada, los fabricantes del Action Man de Obama han puesto de antítesis a Darth Vader, por lo que Action Barack también tiene su espada láser para luchar contra el lado oscuro. Si pinchas aquí, encontrarás toda la información de este muñeco diabólico.

ipotty2.- El iPotty: apto para todos los sexos. Si quieres que tu pequeñín o tu adorable niña empiece a aficionarse a las nuevas tecnologías mientras hace sus necesidades nada mejor que este engendro de tableta-orinal. Así mientras el orín se resiste a salir, el canijo puede estar jugando al Angry Birds o viendo su canal de televisión favorito. Y es que, eso de que aprendan a hacer sus necesidades por si solos llega en algunos casos a ser desesperante. Así que a partir de ahora, su iPotty se convertirá en el compañero ideal para poder realizar esos menesteres. A fin de cuentas, ¿no te metes tú en el baño a jugar al Candy Crush? En este link tendrás toda lo que necesitas saber sobre iPotty.

tubarro para bici3.- Turbospoke: Si, lo sabemos: siempre has tenido alma de motero macarra, de esos que tuneaban el tubo de escape de la burra para que se escuchara allá por donde pasara. Claro, tu hijo es menor y todavía no puede conducir una Chopper. Pero existe solución al problema: puedes ir introduciéndole en el mundo del ángel del infierno, con este tubarro para bicicletas. En cuanto se lo coloques a su bici con ruedines se convertirá en el amo del parque con su explosión de decibelios. Posiblemente este regalo se convierta en tu propia tumba o más bien en la de tus oídos, pero no te preocupes, tu muchacho será el más malote del barrio. Si te gusta el turbospoke, en este enlace tienes todos los datos.

otamatone4.- Otamatone: así, por el nombre no sabrías si te están recetando un medicamento o si te están llamando sordo en tu cara. En realidad te están recomendadno un isntrumento musical que no se sabe muy bien si es una flauta o un saxofón. En la web señalan que es algo “entre un stylophone, un theremin, y un personaje de cómic”. Perfecto ya lo tengo más claro. Lo del personaje de cómic me confunde un poco pero da igual. Mientras las notas salgan correctamente siempre es bueno que los enanos aprendan a tocar un isntrumento, aunque se llame Onamatone. Claro que también dice en la web que lo vende que el aparato “incluye una pequeña guía para que te hagas una idea de a qué nota pueden corresponder algunos tramos del tubo”. Vamos que no tenemos muy claro con que nos podemos encontrar cada vez que nuestra niña le dé por tocar el instrumento y lo que hoy es un Do claro, mañana se puede transformar en un Fa. Si aun así estás decidido a comprar este engendro de instrumento, aquí tienes todos los detalles.

la mierda hucha5.- La Shit Piggy Bank: ideal para que tu pequeño no empiece a gastar por encima de sus posibilidades cuando llegue a mayor. La “mierda-hucha” hará que la princesa de la casa no quiera acercarse a sacar dinero de ella, claro que a lo mejor tampoco lo quiere meter. Mejor que no se lo echen los Reyes. Este es sin duda el regalo ideal para la amiga repipi de tu hija o para llevarlo a una de las fiestas de cumpleaños que organiza Ana Mato. Si quieres saber dónde comprar la “mierda-hucha” sólo tienes que pinchar en este enlace.

Hello kitty fronthello kitty back6.- La carcasa Hello Kitty: ¿tienes hijas a las que le superan las cosas? ¿Es super-fashion? Pues ni tan siquiera te tienes que meter en Internet. Con que te acerques por un H&M bastará y tendrás el regalo ideal. Esta funda Hello Kitty para iPhone hará que sea la envidia de todas sus amigas. Es más, no tendrás que volver a gastar dinero en pendientes. Cada vez que la pequeña adolescente acerque el teléfono, la gatita sin boca ocupará todo el pabellón auditivo. Advierto: la gatita del infierno (yo creo que en realidad se llama Hell Kitty) se ve a distancia kilométrica.

La música de este post correrá hoy a cargo de los canadienses Arcade Fire. Su último álbum, Reflektor se puede encontrar entre los mejores de los aparecidos el pasado año. Este vídeo es el tema que abre el álbum.

¿Periodistas «freak»? Más bien no

#tecnavidadLa sociedad española observa a los periodistas con desdén. Somos una de las profesiones peor valoradas por los ciudadanos. No les falta razón y la culpa en buena parte es nuestra: periodistas ideologizados, que ven al medio de su competencia como el enemigo a batir; otros que dicen serlo y que en realidad centran su actividad en soltar morralla, en hacer del rumor una noticia. Los periodistas estrella, también hacen un flaco favor a la sociedad, más pendientes de su ego, que de recuperar la profesión que un día les llevó a ese estrellato. Las asociaciones de prensa, por su parte, tampoco ayudan mucho.

Pero hay esperanza. Un grupo de plumillas resiste a la mediocridad. Da igual que sean de un medio competidor o no: todos ellos comparten chanzas, comidas, cervezas e información. No existe la rivalidad, más bien al contrario cualquiera de nosotros reporta enlaces y retuitea tuits de medios y periodistas de la competencia, porque entendemos que lo importante es la audiencia y la información que ésta recibe y da igual quién la haya redactado si aporta algo a ese público. Porque creemos que siempre va a haber un periodista mejor que uno mismo y así es difícil creerse una “Guest Star” y porque consideramos que lo más importante son nuestros lectores y nuestros oyentes (en global, no de un medio o de otro) y eso, nos hace ser más independientes. Porque al final, como en casi todo, de lo que se trata es de pasárselo bien. Y sí, los plumillas TIC sobre todo, lo que tenemos, son muchas ganas de farra constante: fiesta mientras trabajamos, divertimento mientras investigamos, guasa mientras escribimos un reportaje y mucha marcha mientras estamos juntos en viajes que tenemos que cubrir, a la salida de las ruedas de prensa,… Incluso después de una soporífera presentación tenemos ganas de jarana.

Somos esos a los que llaman los familiares y los colegas creyendo que somos ingenieros informáticos y que sabemos resolver cualquier problema relacionado con algo que tenga cables o antenas. Somos esos que se alegran por el «peazo» reportaje o la entrevista que ha hecho tu colega de la revista de la competencia, aunque no hayas cruzado con él ni media palabra en tu vida. Somos esos a los que la crisis también afecta, pero intentamos buscar soluciones diferentes para sacar adelante nuestros medios casi siempre con una sonrisa. Somos unos frikis que estamos en un trabajo tan extraño que en la mayoría de los casos el director o el redactor jefe trabaja igual o más que el resto de los redactores. Y por supuesto, vamos a fiestas y saraos varios y nos lo pasamos fetén. Pero es que además, estamos muy locos.

Tan locos como que a alguno de ellos, pertencientes a medios muy dispares, (Javier Sanz de ADSL Zone, Carlos Hergueta de Portaltic, Miguel Ángel Uriondo de Actualidad Económica, Rebeca Arroyo de Europa Press, Antonio Lorenzo de El Economista o Marcos Sierra de la agencia Indie PR) se les ocurre montar una fiesta solidaria y de paso que todos los periodistas TIC podamos pasar un buen rato. Lo recaudado por la venta de entradas serviría para ayudar a Juegaterapia, una fundación que tiene como misión conseguir que los niños con cáncer puedan olvidarse un poco de sus tratamientos regalándoles, por ejemplo, una consola que otro niño ha donado porque ya no juega con ella y así hacerles más fácil la vida en el hospital.

Mientras estoy escribiendo este post se está celebrando #tecnavidad, una iniciativa montada por estos periodistas y que en apenas quince días no sólo ha logrado completar el aforo del local, sino que ha conseguido involucrar a buena parte de las empresas del sector tecnológico que han aportado donativos, patrocinios, colaboraciones o regalos con el fin de ayudar a conseguir el mayor número de fondos para esta fundación (Ono, Sony Computer Entertainment, Nokia, Huawei, Activision, EA, MadCatz, Panasonic, Campus Party, Orange o Kazaam, entre otros). Y todo ello, aprovechándose de las facilidades que aporta la tecnología para poder organizar un sarao de estas características tal y como escribe Miguel Ángel Uriondo en su blog.

Esto es lo que, modestamente, aportan los plumillas tecnológicos: ser una pequeña isla, totalmente distinta y fresca, dentro del periodismo y que nada tiene que ver con el concepto que la sociedad tiene de este gremio.

Si no pudiste asistir a la fiesta de ayer o no tienes nada que ver con el periodismo tecnológico, tal vez quieras aportar tu pequeño granito de arena a Juegaterapia. En este enlace te explican cómo hacerlo.

La música de hoy obligatoriamente tiene que ir relacionada con videojuegos. Así que me he decidido por este tema de la banda de rock indie británica Pint Shot Riot  y por este tema que aparece en el FIFA 10.

I+D para una hamburguesa «low fat»

Haburguesa sin grasa frita en abundante mantequilla.
Hamburguesa sin grasa frita en abundante mantequilla.

Vivimos en un país en el que la I+D+i no ha sido nunca algo importante para el Gobierno de turno. Se trata de un concepto que el político de turno cree que es algo parecido a las meigas gallegas que haberlas haylas pero nadie sabe dónde están.  A todos ellos se les llena la boca al hablar de innovación y desarrollo pero dudo de que alguno se haya planteado seriamente en qué consiste.  Sólo es necesario fijarse en la reducción presupuestaria que de forma constante tiene la I+D+i. La clave hay que buscarla en dos factores: la I+D+i no genera ningún beneficio a corto plazo, lo que se traduce en que la generación de votos será prácticamente nula y además, al no haber comisiones de por medio, implica que apostar por la ciencia no reportará tampoco réditos económicos inmediatos.

El recorte lo impregna todo y la culpa de esta constante reducción en la I+D+i es debida a la lamentable situación económica que vive España, fruto de esos excesos del pasado en esa época en la que «vivíamos por encima de nuestras posibilidades». Y nos llevamos las manos a la cabeza porque se fugan nuestros mejores cerebros (en verdad a nadie le importa esta desbandada, por mucho que se muestren seriamente preocupados). La realidad es que mientras nosotros exportamos talento, en los países de la Europa del Norte o en Asia, o en Norteámerica están deseando atraer a cuantos más mejor. Pero no, no es una cosa de la crisis: antaño a nosotros nos gustaba importar obreros para la construcción mientras multitud de ingenieros y científicos españoles partían de su país porque nunca se interesó por potenciar la innovación.

Claro que con esto del mantra de la investigación también se desarrollan cosas curiosas. Algunas como una de las noticias más sorprendentes del verano pasado y que no es otra que la hamburguesa de laboratorio. Siempre me ha sorprendido cómo a alguien se le pueden ocurrir determinadas ideas. Está claro en algunos casos: aparece una nueva enfermedad o un nuevo tipo de virus y evidentemente, empezará un grupo de científicos a investigar su cura o su aislamiento. Lo mismo puede ocurrir con un medio de transporte: los ingenieros se estrujan los sesos para mejorar los existentes. Con el mundo de la tecnologías de la información, tres cuartos de lo mismo: desarrollamos nuevas aplicaciones, novedosas máquinas, etc.

Pero algunas cosas son singulares. No superan a los nombres de las operaciones policiales, que muchas veces parecen inventados por una mente esquizofrénica (Malaya, Campeón, Scottie, Nécora…) pero con mucha frecuencia aparecen noticias de descubrimientos e investigaciones más que peculiares. Uno de ellos el de la hamburguesa de laboratorio.

Básicamente sucedió lo siguiente: un científico holandés se le ocurre la brillante idea y se la plantea a otros colegas: ¿Y si nos ponemos a cultivar una hamburguesa en el laboratorio a partir de células madres? No se sabe a ciencia cierta si el individuo era un cliente frecuente de todo tipo de hamburgueserías pero el caso es que sus colegas no vieron mal la idea y se pusieron a investigar en el tema. A fin de cuentas, debieron pensar, si nos sale bien nos saldrá una hamburguesa sin un ápice de grasa y dejaremos de depender de la vaca para extraer carne. Por supuesto los tipos pusieron especial énfasis en que la carne fuera puro magro, nada de grasas que luego a los clientes les puede subir el colesterol y las transaminasas.

Cinco años después y tras haberse pulido casi 250.000 euros (menos de los que cuesta una segunda residencia en la costa levantina) los investigadores holandeses ya podían presentar al mundo su investigación estrella. Había nacido la hamburguesa del laboratorio. También, a esa primera hamburguesa le podían haber puesto un nombre. ¿No se lo pusieron a la oveja Dolly? Pues ya puestos la podían haber llamado de alguna forma. Si no se les ocurría ninguno deberían haber contactado con la policía española o con los de Google, que también son muy originales a la hora de nombrar a sus diferentes versiones de sistemas Android.

Según los científicos el desarrollo de este trozo de carne picada supondrá un hito, ya que no crecerán más las ganaderías y por tanto, se necesitará menos pasto para los animales. Todo esto se traduce en una reducción de los gases de efecto invernadero y además el gasto energético también disminuirá. En lo que se refiere al alimento en sí, todos son ventajas: conserva el sabor y sobre todo no tiene una pizca de grasa.

Y es aquí donde viene el problema. Venga, vale. Aceptamos que se trata de un invento genial. Les creemos cuando hablan de economía sostenible y evidentemente, como se aprecia en las imágenes, no parece tener nada de grasa. Entonces, si es así… ¿por qué demonios cocinas la hamburguesa con bien de aceite y mantequilla? ¿Os habéis pasado cinco años de vuestra vida intentando crear una hamburguesa sin grasa y la freís en mantequilla? (Aquí puedes ver el vídeo)

Mucho investigador, pero desde luego no sois especialistas en dietética. ¡Por favor! si querías quedar bien, teníais que haber utilizado aceite… pero aceite de oliva, porque hay también metísteis la pata y pusisteis aceite de girasol. Así que la mezcla es explosiva: cocino una hamburguesa y la frío en una mezcla de aceite de girasol y mantequilla. Lo peor de todo es que semejante engendro fue realizado por un conocido chef de nombre Richard McGeown. Claro, el tipo es inglés y poco se puede esperar de alguien que ha nacido en el país que peor se come de mundo.

La música  corre a cargo de Pixies, un grupo de Boston, considerado una de las bandas más influyentes en el mundo del rock alternativo de finales de los 80 y principios de los 90 en bandas como Nirvana, precursora de lo que se dió a conocer como el movimiento Grunge. Actualmente, el cuarteto se encuentra de gira, que llegará a España a principios de noviembre.

Hipocondria made in Google

Fuente de la imagen: sanamente.com
Fuente de la imagen: sanamente.com

El principal avance que ha traído Internet ha sido el de la información.  Platón estaría encantado de la vida, puesto que la Red de redes nos ha traído el acceso a una fuente inagotable de conocimiento de la que hasta hace poco tiempo carecíamos. La frase «sólo sé que no sé nada» empieza a carecer de sentido. Bueno, vale, de acuerdo, es verdad, que hay que saber distinguir y mucha de la documentación es pura morralla pero en general tenemos más y mejor información.

Así que ahora todos podemos ser auténticos eruditos de cualquier tipo de materia.  La Wikipedia nos resuelve cualquier duda y si no, siempre está el twitter para satisfacer nuestra curiosidad.  Pero la curiosidad mató al gato y en este caso que os voy a contar el dicho se convierte en purita realidad.

¿Cuándo preguntas al oráculo Google?  Pues normalmente cuando quieres ayuda: ya sea para cambiar la junta de culata del coche,  conocer cómo descargarte aplicaciones, películas o música por la cara, saber qué ha sido del niño pelota gafotas y acusica de tu clase o encontrar la noticia del día.  Sí, Google lo sabe todo, pero por encima de todas las cosas controla mogollón de medicina. Gracias a ello el hipocondríaco ha encontrado el paraíso.  Que te duele la garganta… Pues fijo que te encuentras ante un cáncer de faringe en grado super-avanzado.  Vamos que la vas a palmar en breve.

Sí amigos, el hipocondríaco es ese personaje que parece estar siempre dispuesto a ponerse el pijama de madera aunque lo único que tenga sea un simple grano en la barbilla. Y parece que existe mucho hipocondríaco a tenor de lo que dice este artículo de El País. Sobre todo aparece cuando salimos del médico. Uno de cada dos pacientes consulta en Internet nada más abandonar la consulta. Es de suponer que una buena parte de los que no consultan, no lo hacen porque sólo han ido a pedir recetas o por cosas menores, así que si descontamos a estos, el porcentaje indica que, o bien no nos fiamos de lo que nos dice el señor doctor o bien somos hipocondríacos en potencia prácticamente todos. Y claro si nos ponemos a buscar  en Google nos aparecen respuestas como los que siguen:

“Problemas con la muela del juicio”: Nos vamos a Google y encontramos lo siguiente: “Al quedar atrapadas las muelas, es factible que a su alrededor se formen quistes que destruyan el hueso ubicado en su entorno. En ciertas circunstancias, en el interior de estos quistes se desarrollan tumores odontogénicos, como el ameloblastoma, sumamente agresivo que puede alcanzar considerables dimensiones” (fuente: globedia.com). Vamos que si el dentista te ha dicho que no tienes nada y que lo único que tiene que hacer es extraer el susodicho molar a ti, como te dé por consultar, lo que te va a suceder es que la siguiente visita la vas a hacer al oncólogo porque el inepto de tu odontólogo no sabe distinguir un cáncer, que es lo que en realidad tienes, de una miserable caries.

“Dolor persistente de tripa”. El buen hipocondríaco sabe que eso es un cáncer de páncreas en toda regla. Veamos con qué nos sorprende el doctor Google. La  primera opción que nos da ya es todo un aliciente. No, no es un cáncer de páncreas. ¡Es peor! Las causas son (fuente Medlineplus): “Apendicitis,  Aneurisma aórtico abdominal, Oclusión o bloqueo intestinal, Cáncer del estómago, el colon y otros órganos, Colecistitis (inflamación de la vesícula) con o sin cálculos, Disminución del riego sanguíneo a los intestinos (isquemia intestinal), Diverticulitis, Acidez gástrica, indigestión o reflujo gastroesofágico, Enfermedad intestinal inflamatoria (enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa), Cálculos renales, Pancreatitis (inflamación o infección del páncreas),Úlceras.” A ver. Si el médico te ha dicho que dejes de comer tanta fabada Litoral porque te está causando un problema de gases, ¿por qué te empeñas en tener alguna de estas cosas raras?

Me duelen las sienes: Pues nada, aquí en vez de pensar que en realidad tienes un dolor que se pasa con ibuprofenos lo mejor es creer que estás enfermo de “Trastornos de la refracción ocular, Cefalea tensional, Migraña, Dolor de cabeza en racimo, Sinusitis, Arteritis temporal, Hemorragia subaracnoidea, Meningitis, Encefalitis, Hipertensión, Neuropatía óptica anterior isquémica o Síndrome de Rollet (fuente: nodiagnosticado.es).

Y finalmente vamos a buscar una muy típica: El dolor de espalda. Aquí al hipocondríaco no se le ocurre pensar que ese machaque diario en el gimnasio es el causante de sus males. No, el problema lo tiene una célula mutante que le ha originado algo muy, muy malo y la va a palmar en breve. Busca en Google y se encuentra con que en vez de una distensión muscular, lo que en realidad le sucede es que tiene “Escoliosis, Espondilolistesis, Artritis, Estenosis lumbar, Embarazo, Piedras en los riñones, Infecciones, Endometriosis o Fibromialgia (fuente NIH). Instintivamente el hipocondríaco elimina el embarazo, las piedras en los riñones o la artritis. ¿Cuál es la más chunga de todas?, piensa. Le parece que la fibromialgia. En realidad no sabe qué es, pero él por si acaso va a ir al médico al día siguiente y le va a asegurar que padece esa enfermedad.

No me extraña que los gobernantes se quieran cargar los sistemas públicos de salud. Al final Google es la solución a todos nuestros males y encima sale gratis total.

La música esta vez corre a cargo de Franz Ferdinand. Estos chicos de Glasgow sacarán, después de cuatro años, su próximo disco en agosto. Con su rock alternativo, no han decepcionado en ninguno de sus trabajos anteriores y muy posiblemente tampoco lo hagan en este. Mientras esperamos, aquí va uno de sus temas más famosos.