Ramoncín: el Steve Jobs español (y tú sin enterarte)

Ramoncín en la época en la que todavía no había hecho uso de la rinoplastia. (Fuente: escolar.net)
Ramoncín en la época en la que todavía no había hecho uso de la rinoplastia. (Fuente: escolar.net)

Nunca me han gustado las personas que siempre quieren llevar la razón. Los típicos prepotentes capacitados para hablar de cualquier tema: son los “tolosa” que “to lo saben”. Suele darse la circunstancia de que a menor capacidad intelectual y menor bagaje cultural y educativo más saben. Suele ser gente, además, muy contradictoria e incongruente. Es en este último aspecto en donde destaca un personaje de la sociedad española: Ramón-Ramoncín (todo nombre, todo junto).

¿Alguien sabe a qué se dedica el “rey del pollo frito” a ciencia cierta? Sí, hasta hace poco ofrecía opiniones sobre cualquier tema como colaborador en medios de comunicación de todo tipo, pero sobre todo, más que el “rey del pollo frito”, Ramón-Ramoncín es el rey del recopilatorio. Es un tipo cuya discografía se limita a cuatro o cinco temas que ha ido explotando a lo largo de su trayectoria musical a través de “Grandes Éxitos” o de “Directos recopilatorios”. Lo más curioso de esos cuatro o cinco temas es que tampoco eran suyos. Tal y como parece, según diferentes fuentes, y según se reproduce la Wikipedia, Ramón-Ramoncín se aprovechó de los temas compuestos por el grupo WC? para darse a conocer.

Pero para Ramón-Ramoncín esas cosas fueron cosa del pasado y no se cuentan. ¿Para qué? Acorde con esto, hubo otra época en la que Ramón-Ramoncín se convirtió en el adalid de la lucha en contra de la piratería. Se ve qué en los top-manta su disco “Al límite vivo y salvaje” era el más solicitado. De hecho, cada vez que la policía hacía una redada se debía sorprender de la ingente cantidad de CDs de Ramón-Ramoncín que incautaban. Creyéndose el líder de opinión musical y gracias a pertenecer a la junta directiva de la SGAE, Ramón-Ramoncín renació de sus cenizas. El insigne autor de esa obra culmen de la literatura española (sí, también es escritor) titulada “El tocho cheli”, siempre estaba en el candelero. Ramón-Ramoncín, no necesitaba de los espacios televisivos de la crónica rosa ni vender su intimidad para copar las portadas de los medios de comunicación. Internet se había convertido en su gran aliado. Todo lo que Ramoncín soltaba por la boca en contra de las descargas, su rollo antipiratería, etc., tenía un eco tremendo en Internet. Curioso, aquello contra lo que luchaba (Internet era casi como el diablo) es lo que le estaba dando la popularidad perdida. Hasta que debió cansarse de que sus propios colegas le ningunearan y entonces cuál mártir, decide que está harto de ser el único que lucha contra los piratas.

A partir de ahí, Ramón-Ramoncín decide dedicarse a otra cosa: saca otro disco (efectivamente, recopilatorio) y “compone” otro, que, obvio, pasa desapercibido. Y no se tienen más noticias de él hasta que un juez le imputa por los delitos de apropiación indebida, administración desleal y falsedad documental. Y el tipo después de declarar ante su señoría se presenta ante la prensa y se muestra como Ramón-Ramoncín en estado puro: “Estáis ante una persona honrada, honesta e inocente mientras no se demuestre lo contrario, por lo tanto, sería muy de agradecer que demostremos que estamos en un país civilizado donde se respetan los derechos del ciudadano y, sobre todo, mis derechos esenciales, algo que no se ha respetado durante 21 días”. Hombre, chico, si lo eres mientras el juez no decida lo contrario, pero después de haberte aprovechado de la música de otros, de haber puesto a caldo a tus compañeros de profesión o de intentar tomar el pelo al personal a base de sacar recopilatorios, estaría bien que dejaras esa actitud chulesca propia del “tolosa” y que siempre te ha caracterizado y fueras con un poco más de humildad.

Pero no conforme con esto, Ramón-Ramoncín continúa con su perorata. Lo que viene a continuación demuestra el nivel de egocentrismo del personaje. Y es que ha sido una lástima que Steve Jobs no se encuentre todavía entre nosotros, porque en ese caso hubiéramos comprobado la inteligencia y la sabiduría del autor de “Marica de Terciopelo”: “Podría haberle vendido mis proyectos a Steve Jobs”. Mira majo, no. Ahí te has sobrado. Aunque por las venas del fundador de Apple  corrieran litros de alcohol, no habrías llegado a nada. Resulta que ahora, Ramón-Ramoncín es un auténtico crack de las tecnologías de la información y nosotros sin saberlo. Joder, hombre, mira que eres. Con la cantidad de personal en paro que hay por este país, bien se te podía haber ocurrido convertirte en un emprendedor y montar tu empresa tecnológica para desarrollar esas grandes soluciones. Seguro que te habrías salido y tendrías que haber contratado a infinidad de gente para tu proyecto TIC.

Vamos a ver, chiquillo, que tienes el ego muy subido. Tu cruzada antipiratería lo único que ha hecho ha sido generarte enemigos y la gente, NO-TE-SO-POR-TA de la misma forma que no aguanta tu música. Porque si no vendes discos últimamente es porque tus canciones son una bazofia. Y sí, tenlo claro: los medios no se van a ocupar de ti, porque tienen cosas más importantes de las que informar y sólo lo harán si al final acabas en el truyo o si se demuestra que no eres inocente. Así que hasta entonces no te preocupes porque todavía no das el nivel informativo de Urdangarín ni de Camps como para que estemos preocupados por ti.

De esta forma, a Ramón-Ramoncín le viene bien este tema. Se titula “King of the world” (algo que nunca llegará a ser el susodicho) y está interpretado por First Aid Kit, un grupo compuesto por dos hermanas suecas que suenan realmente bien, claramente con tendencias folk-rock y que aparte de los países escandinavos, están empezando a tener cierto éxito en UK o EE.UU.